“Cuando un artesano termina su obra, siente la emoción y la sorpresa de ver algo que él mismo ha hecho. Es algo maravilloso”.
Leonardo Quijije Calle, nació en La Pila, Montecristi, hace 59 años, un 13 de noviembre de 1963. Sus padres son Fernando y Marcelina. De su madre aprendió el oficio de artesano del barro, ella hacía “muñecos” y él miraba y aprendía, tenía solo 8 años.
Se graduó en la primera promoción de artes plásticas del colegio Víctor Vélez Macias de La Pila. Después varios de ellos se especializaron en Quito, pero él es el único que continúa activo en este oficio.
Es uno de los artesanos más hábiles y creativos; lamentablemente, desde hace algún tiempo se dedica a crear figuras matrices por encargo, después crea el molde y produce, con barbotina, de cinco a diez figuras con el mismo. Luego las pinta. Se produce más rápido y fácilmente. La pieza original tarda días en hacerse y secarse.
Antes había mujeres que trabajaban el barro, ya casi no hay porque se dañó el trabajo cuando algunos artesanos decían que las piezas nuevas eran antiguas. Es muy importante poner la firma o las iniciales para que el comprador sepa que son réplicas.
Por fortuna, ha retomado el trabajo manual en barro, con el mismo amor y capacidad de antes, y está actualmente modelando figuras de animales que existen en Manabí, esa es una de las finalidades de tener este don en las manos.
A los alfareros de La Pila se los conoce por el arte que siempre han tenido en las manos, porque toman el barro y saben modelar muy buenos trabajos.
Según la opinión de don Leonardo, cuando este grupo de alfareros que moldean a mano, empiecen a trabajar de nuevo con las técnicas antiguas, otro grupo cualquiera va a comenzar nuevamente a seguir los mismos pasos y volverán al barro como era antes.